El rostro humano posee alrededor de mil doscientas terminaciones nerviosas que están relacionadas con el sistema nervioso central. Estas zonas reflexológicas mantienen una estrecha comunicación con órganos internos y glándulas, así como con el sistema circulatorio y el sistema linfático. La reflexología es una terapia manual que consta en realizar digitopresiones en diversos puntos y en distintas zonas de la cara y cráneo, cada uno con una relación específica con el sistema neuromotor y neurovegetativo. La presión tiene la función de estimular y producir la liberación de neurotransmisores y endorfinas que actúan en funcionamiento orgánico endocrino, circulatorio y linfático de todo el organismo, equilibrándolo y estabilizándolo. Es altamente efectiva en dolores de cabeza, tensión de la musculatura facial, dolor en la articulación temporomandibular y en personas con que padecen estrés y dificultad para dormir.