Tras la introducción de un cuerpo extraño, tiene lugar un proceso fisiológico por el cual nuestro sistema inmunológico emite una respuesta en forma de un encapsulado natural alrededor del implante con una finalidad protectora. Cuando esta cápsula se endurece y se fibrosa, comienza a generar una tensión alrededor del implante que lo desplaza y deforma produciendo dolor y dando lugar a la afección que recibe el nombre de contractura capsular. La radioterapia en el implante potencia que este riesgo crezca exponencialmente. Nuestro equipo ayuda a evitar la formación de esta patología a través de terapia manual específica para evitar el fracaso de la reconstrucción mamaria y la reintervención del implante.